lunes, 18 de julio de 2011

INSTRUCCCIONES PARA LA REALIZACIÓN DE LA PRUEBA

Esto es una prueba objetiva. Lea atentamente la pregunta. Después medite cada una de las posibles respuestas. A continuación, escoja la que más se adecue a la intención de la pregunta. Tanto el error como la omisión conllevan la no superación de la prueba. Sea cauto, habitualmente se trata de una pregunta-trampa. No conteste si usted se encuentra:
a) En mitad del acto sexual con su pareja.
b) En mitad del acto sexual con su amante.
c) En mitad del acto sexual con su pareja y amante (aumenta peligrosamente el riesgo de confusión).
Abandone el test si usted está fuertemente dominado por su subconsciente o si es especialmente sensible a lágrimas y reproches. No inicie este test si ingenuamente confía en que su respuesta va a ser valorada de manera literal. 
Una respuesta correcta le permite la obtención de un permiso con una validez que, dependiendo del examinador,  puede variar de unos minutos a varios años, pero que, en todo caso, necesitará renovar tarde o temprano.
Una respuesta incorrecta lleva acarreada una sanción de consecuencias impredecibles, incluida la pérdida definitiva de los derechos de examen 

viernes, 15 de julio de 2011

Relato-comentario, de Josué Hernández.

Un "anónimo" ha publicado un comentario en la entrada FOTOGRAFÍA. Creo que merece una entrada aparte. Disfrutad de la lectura:

Encendió apresuradamente el foco y se sentó a los pies de la cama deshecha con el mismo espíritu con que el nadador se asoma a la piscina desde el trampolín. En la foto proyectada sobre la pared lisa y blanca, surcada a escasos centímetros del techo por una grieta fina como la imagen de un río vía satélite, se veía a una mujer de piel muy blanca y pelo liso, negro y brillante, sentada junto a un hombre calvo, rubio, bronceado. Como fondo, un horizonte de tejados, azoteas y antenas se extendía hasta donde alcanzaba la vista. 
Miró la foto un buen rato, esforzándose por contener el aliento, como si el solo hecho de mover el aire de aquella habitación de hotel pudiese provocar que la foto se desplazase seis centímetros a la derecha o el rescate financiero de algún país. Se dijo que, en su caso, al menos, resultaba evidente que era feliz. En ella, por su parte, se podía adivinar el salto con que abandonaría el sofá un segundo después del clic, pero también la sonrisa generosa que había ofrecido a la cámara justo en el instante en que había comenzado a extinguirse ese hoyuelo apenas perceptible, entre la nariz y el labio superior, de inequívoca, rotunda, efímera felicidad.



Josué Hernández

jueves, 14 de julio de 2011

FOTOGRAFÍA

Soy un hombre que ha renunciado a pertenecer al mundo para poseerlo y crearlo . Observo la realidad, la realidad me impacta, yo la fotografío y de este modo configuro una nueva realidad que, a la larga, termina impactándome otra vez. Un círculo virtuoso cuya fuerza centrífuga me hace girar alrededor del mundo como un astronauta que mira la Tierra desde el espacio, donde disfruta de una perspectiva  de la que carecen el resto de los mortales.
Fotografío gente feliz. A fuerza de disparar miles de fotos he aprendido a detectar felicidades. No soy uno de tantos expertos en comunicación no verbal, con ciertos conocimientos teóricos y algo de intuición, que pululan por programas de televisión analizando los gestos y los movimientos de políticos y criminales. Yo puedo ver la felicidad en un rostro inexpresivo o en una persona inmóvil. Puedo saber si alguien es feliz incluso mucho antes de que el propio sujeto cobre consciencia de ello. Cuando identifico a un ser poseedor de este sentimiento, acciono el disparador con celeridad (la felicidad es a menudo volátil) y me alejo apresuradamente para disfrutar a solas de esa imagen, proyectando mi obra en la pared desconchada de la habitación de cualquier pensión. Con la luz del foco el pulso se acelera, cientos de miles de píxeles estimulan mis terminaciones nerviosas y experimento una sensación que ha de ser sin duda superior a la de cualquier orgasmo.
En algún momento, confieso que son intervalos de tiempo cada vez más cortos, vuelvo a la calle con el dedo tembloroso a punto sobre el disparador.
Nunca paso mucho tiempo en el mismo sitio ni vuelvo a pisar jamás los mismos escenarios. Y sólo en contadas ocasiones envío a sus dueños los cadáveres fotográficos del último momento en el que fueron felices.

domingo, 10 de julio de 2011

BREVES SEMBLANZAS DE AUTORES OLVIDADOS (III): RICHARD MARTÍNEZ RIGHT

A Richard Martínez Right, etólogo, poeta y adiestrador de perros, debemos el concepto de "logofagia poética literal", sobre el que comenzó a indagar dieciséis horas y media después de que su perro Tobby se comiera su único libro de poemas, Autodestrucción emotiva de la palabra poética, exhibido en librerías especializadas con más guasa que gloria. La expresión de satisfacción del can, inédita hasta entonces pese a su variada y exquisita dieta, supuso un punto de inflexión en el pensamiento poético de Martínez Right, que vio en la tradición logófaga un espejo donde mirarse. La dificultad de mis textos estriba en mi renuncia consciente a los viejos parámetros de lectura. Devorar un libro no ha de ser, a mi entender, una expresión metafórica. 
Las autoridades educativas abrazaron con entusiasmo esta nueva posibilidad de acercar la poesía a todos los niveles socioeducativos y subvencionaron un programa de poesía comestible en colaboración con grandes gurús de la experimentación culinaria. Es imprescindible difundir la poesía entre todas las capas de la población, si hace falta, mascada, explicaba en rueda de prensa el secretario de políticas literarias ante las caras de asco de algunos periodistasEl programa se desarrolló en todo el territorio nacional no sin cierta polémica suscitada entre los sectores hostelero y  librero, que pugnaron hasta el canibalismo por copar la mayor parte posible del mercado.
La logofagia poética literal resultó ser un peligro para la salud pública puesto que provocaba estragos en la estabilidad emocional de las almas sensibles y graves indigestiones en las más rudas. Debido a ello, y tras dos sonoras dimisiones, el programa fue suspendido y se invirtió un 0,5 por ciento del presupuesto educativo en recuperar el carácter minoritario de la poesía.
Los ejemplares ya editados se reciclaron en comida para mascotas, lo que levantó airadas protestas entre los colectivos de defensa animal.

sábado, 2 de julio de 2011

HITOS EN LA EXTINCIÓN DEL PIROPO ESPAÑOL (I) : Me ahorcaría con tus pestañas.

Me ahorcaría con tus pestañas, guapa.
Y entonces esa muñequita, que cortaba la respiración con cada golpe de cadera, sonrió orgullosa al comprobar la efectividad de su reciente adquisición cosmética: un serum fortalecedor de pestañas que las hacía lucir tan largas y tan espesas que al aplicar el rizador se podría surfear en ellas, tanto que ni los 20,5 metros de altura del andamio pudieron evitar que la frágil muchachita satisficiera los deseos del imprudente albañil rodeando su cuello con aquellos tentáculos de seda.