viernes, 15 de julio de 2011

Relato-comentario, de Josué Hernández.

Un "anónimo" ha publicado un comentario en la entrada FOTOGRAFÍA. Creo que merece una entrada aparte. Disfrutad de la lectura:

Encendió apresuradamente el foco y se sentó a los pies de la cama deshecha con el mismo espíritu con que el nadador se asoma a la piscina desde el trampolín. En la foto proyectada sobre la pared lisa y blanca, surcada a escasos centímetros del techo por una grieta fina como la imagen de un río vía satélite, se veía a una mujer de piel muy blanca y pelo liso, negro y brillante, sentada junto a un hombre calvo, rubio, bronceado. Como fondo, un horizonte de tejados, azoteas y antenas se extendía hasta donde alcanzaba la vista. 
Miró la foto un buen rato, esforzándose por contener el aliento, como si el solo hecho de mover el aire de aquella habitación de hotel pudiese provocar que la foto se desplazase seis centímetros a la derecha o el rescate financiero de algún país. Se dijo que, en su caso, al menos, resultaba evidente que era feliz. En ella, por su parte, se podía adivinar el salto con que abandonaría el sofá un segundo después del clic, pero también la sonrisa generosa que había ofrecido a la cámara justo en el instante en que había comenzado a extinguirse ese hoyuelo apenas perceptible, entre la nariz y el labio superior, de inequívoca, rotunda, efímera felicidad.



Josué Hernández

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