Ella escupía dardos de hiel congelada que al contacto con la realidad sangraban manchas negras y viscosas. Él, suicida, se lanzó sobre ellas y desapareció en uno de sus reproches. Nunca bajas la tapa del váter, creo que fue el elegido.
Qué ácido. Qué conciso. Qué sugerente. Tiene el puntito justo de enigma mezclado con el punto justo de sabiduría. Todo un placer de lectura. Un beso chavala.
No, creo que fue "Sí te lo dije, pero tú nunca oyes".
ResponderEliminarQué ácido. Qué conciso. Qué sugerente. Tiene el puntito justo de enigma mezclado con el punto justo de sabiduría. Todo un placer de lectura. Un beso chavala.
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