-¿Está todo bueno?- preguntó el camarero intentando ser amable y sin poder disimular el agotamiento.
-Todo está bien, gracias- respondieron las tres, acompañando sus palabras con media sonrisa de guarnición.
Una camarera de físico consumido las observaba desde un rincón de la barra. Se tomó un tiempo prudencial y se aproximó a la mesa.
-¿Seguro que está todo bien?- insistió bajando la voz y mirando de reojo hacia la registradora-. Él se cree que está muy bueno, pero yo pienso que le falta culo.
A ellas no les extrañó el comentario: el culo había sido con diferencia lo más sabroso de la cena.
Muy bueno (me refiero al relato, je).
ResponderEliminarJa ja ja. Sí, porque del culo parece que no quedó nada
ResponderEliminar