sábado, 26 de septiembre de 2009

RELATIVIDAD

No recibe noticias. Jamás lo invitan a cenar, ni quedan con él para ir al cine. Su teléfono no suena y hace tiempo que renunció a marcar ningún número. No ha conseguido comprar un libro, ni ver una película. Nadie le instala una antena de televisión, ni le vende una radio. Anteayer conoció a una chica extranjera, húngara, dijo ella. Se buscaron toda la noche, jugaron a mirarse de reojo y a provocar sonrisas, follaron y se quedaron dormidos acariciando los pies del otro. El tiempo se les pasó volando.
Lo despertó el ruido de los sanitarios que se la llevaban en camilla: estaba muerta, un tiro en la cabeza. No hubo investigación policial. La comunidad silenció el suceso y todo volvió a la normalidad: él continuó con su monótona vida; el tiempo recobró su ritmo pausado.

3 comentarios:

  1. Guuaauu la descripción es genial. No hace falta ni una palabra más. Y luego ese final que lo deja todo en el aire...y yo pensando. Con éste te superas.

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  2. Gracias, Sergio. Creo que tendrá segunda parte, me han quedado algunas cosas en el tintero.

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