domingo, 18 de septiembre de 2011

BREVES SEMBLANZAS DE AUTORES OLVIDADOS (V): LIBERTO AMOR

Nacido en el seno de una comuna hippy, Liberto Amor consideró desde su preadolescencia que en el lenguaje poético sobraban categorías gramaticales. Liberemos la poesía de preposiciones y conjunciones- explicaba entusiasmado a un grupo de hermosas jóvenes en sesiones nocturnas a la orilla del mar- escribámoslas en la arena y que el poderoso mar rompa los eslabones de las cadenas del arte. Hecho que Liberto y seguidoras celebraban cada noche desatando otro tipo de ataduras.
Habida cuenta del entusiasmo que despertaban sus teorías, Liberto se decidió a ponerlas por escrito y a difundirlas a en un mercadillo playero al que asistían miembros de la nobleza española de yate y Lecturas. Los enormes ojos  verdes de Liberto Amor no pasaron desapercibidos a la conocida mecenas del arte en general, la baronesa P., que movió Roma con Santiago para que las teorías de su protegido salieran del idílico entorno playero para iluminar el más bien gris mundillo literario.
Preposiciones y conjunciones no son sino esposas que constriñen las manos de nuestro pensamiento, tijeras que cortan las alas de nuestra imaginación, grilletes de nuestro sentido estético. ¿Con qué derecho el autor coarta la libertad de enlazar los conceptos libremente? ¿Quién le da potestad de imponer su discurso a los lectores?
Las teorías de Liberto Amor supusieron una revolución en la crítica literaria, que empezó a renegar de autores con discursos "demasiado estructurados y poco esencialistas" por considerarlos profundamente antidemocráticos.
Atraído por esta nueva tendencia, el mundo de la Arquitectura comenzó a abandonar el diseño de estructuras para crear edificios que apenas eran montones de ladrillos, vigas y marcos de ventanas. Todo ello con la alegre aprobación de los constructores, que vieron el filón y se apresuraron a lanzar una versión prêt-à-porter: No deje que un arquitecto le imponga su criterio estético, construya su casa usted mismo siguiendo los planos de su estructura mental.
Liberto Amor cayó en desgracia a raíz de la emisión en televisión de un reportaje de cámara oculta en el que   corregía con severidad al hijo de su tercera concubina: No es Siete Blancanieves Enanitos, es Blancanieves y los siete Enanitos. Te lo digo yo, que soy tu padre y entiendo de esto.

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