lunes, 19 de abril de 2010

HOMEOPATÍA

Él se sienta en la mesa de trabajo y apenas levanta la vista una o dos veces cuando algún compañero suelta una carcajada sonora. No es consciente de que ella lo acecha desde el puesto informático número 3 y está a punto de entrar en acción.
Meses después, con los ojos hinchados y el pulso tembloroso, sigue rindiéndose al leve contacto físico que a él lo mata y a ella le devuelve la vida.

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