- Después de veinte años casados, seguimos sintiendo lo mismo el uno por el otro - confesó el ministro de Obras Públicas a la peridista mientras elucubraba con la posibilidad de medirle con la lengua el canalillo de su escote.
- Así es -corroboró su esposa observándolo con los mismos ojos húmedos que el día de su boda, sin poder apenas contener las lágrimas.
A esto se le llama falta de comunicación. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarYa era hora que resucitara el blog. Pensaba q estaba cerrado por oposición.