martes, 24 de mayo de 2011

EBASTINA

Me enamoré de un hombre al que tenía alergia. Llegué a esta conclusión después de recorrer las consultas de todos los alergólogos de la ciudad. Inicialmente sólo era una leve urticaria, que yo achaqué más a la falta de entrenamiento que a la enfermedad, el estrés de la vuelta al mercado. Pero, para mi desesperación, los síntomas se iban intensificando. Los primeros días pude disimularlo apelando a la emoción.
Tienes los ojos llenos de lágrimas.
Lloro de alegría, de lo mucho que te quiero.
Después de un mes la cosa se empezó a complicar y nuestras visitas a urgencias se convirtieron en una rutina. Mi amante, preocupado por mi salud, empezó a evitar todo tipo de romanticismos: adiós a las flores, fuera el chocolate y nada de perfume. Tampoco los libros, por si el mal estaba en los ácaros. Dejamos de ir a cenar al restaurante indio de la esquina y evitábamos los aires acondicionados.
¿Cómo puedes estar saliendo con un hombre tan poco detallista?-se asombraban mis amigas.
Tomaba los antihistamínicos por docenas y veía con tristeza cómo mi amante comenzaba a enfermar de preocupación.
Es la conciencia -sentenciaban mis amigas, que ya lo odiaban.
Un día follamos y sufrí un shock anafiláctico.
Creo que me quieres demasiado. No puedo vivir con esta angustia.
                                                                                                               Y me dejó.
Yo me tomé una dosis doble de ebastina, para que no me viera llorar.

sábado, 30 de abril de 2011

INTERIOR

Con un cúter voy abriendo con cuidado de no romper el interior. Nunca hubiera imaginado que se despegase tan fácilmente. Con todo, lo hago tan lentamente que puedo observar cómo los hilos de adhesivo adelgazan paulatinamente, hasta que se rompen y salen disparados, cada uno por su lado.
El envoltorio va cayendo como un sauce llorón y se deposita en el suelo con cadencia de guirnalda.
Deshacerme de mi cuerpo no me cuesta ni una lágrima.

jueves, 28 de abril de 2011

CONJUGACIÓN

Me he comprado un Subjuntivo. Hasta ayer conducía un Condicional, pero con un motor de síes en uve que consumía una barbaridad. Así no había manera de llegar nunca a ningún lado. Si giro a la derecha, si giro a la izquierda, si adelanto a un camión... Todo eran pegas.
Pero mi Subjuntivo es otra cosa. Con el depósito lleno de Ojalás y Talveces cada viaje es una aventura. Y de cuando en cuando, si veo algún Indicativo haciendo autoestop en la cuneta, lo invito a montar.
A veces, cuando se despiden, me dejan uno o dos Presentes y siento que no fuera a morir nunca.

FÍSICA I

Si un punto y final no fuese un agujero negro.
Si cada palabra no atenuara la luz que le quema los ojos. Si los dedos no le respondieran y los pensamientos fuesen tan eléctricos que quemasen las teclas del ordenador. Si el ordenador no despertara con un bostezo antes de haber mordisqueado las dos onzas de chocolate medio derretidas. Si la dosis de cacao desapareciera del frigorífico que abre con los pies descalzos. Si no se quitara las botas sin usar las manos porque todavía sujeta el móvil y las llaves. Si no se equivocara siempre de llave por su mala cabeza.
Si su cabeza no fuera a a fundirse como un fusible.

jueves, 14 de abril de 2011

ESCAPARATE

Después de cuatro años se había acostumbrado a ese hablar tortuoso, como si las palabras le atorasen los conductos vocales. Pero hasta aquel viernes no se percató de que tomaban cuerpo y salían expulsadas entre flemas blancas. Primero fue un dedo, luego otro, una boca entreabierta y un pecho con un pezón erecto. Caían contra el asfalto caliente y dejaban un olor a plástico quemado que se le iba pegando a la piel hasta convertirla en maniquí de segundas rebajas.

domingo, 13 de marzo de 2011

Publicación de 60 gramos de Sergio Gómez García

Se hizo esperar, pero el jueves  pudimos asistir en Zaragoza a la entrega del premio de poesía Delegación del Gobierno de Aragón-Cajalón. Sergio Gómez nos habló de sus influencias y comentó brevemente la obra ganadora. A continuación leyó los cinco primeros poemas del libro, acertada elección que mostró al público asistente  la estructura del libro (en segundos) y los principales motivos que conforman 60 gramos. El catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada Túa Blesa, miembro del jurado, no escatimó elogios para la opera prima de este joven poeta valenciano cuya carrera literaria no ha hecho más que empezar.

Sergio Gómez García, 60 gramos, Zaragoza,  Editoral Aqua, 2011
http://www.centrodellibrodearagon.es/asp/libro_detalle.asp?cod=5561

domingo, 6 de marzo de 2011