jueves, 15 de octubre de 2009

EL MONSTRUO

Me atreví a mirar debajo de la cama y no había nada. Fui feliz por haber descubierto al fin que no tenía nada que temer, hasta que apareció esa mano temblorosa con la que, la que duerme encima del colchón, piernas inquietas y respiración entrecortada, me busca a tientas.

3 comentarios:

  1. Me ha gustado muchísimo. Creo que te mueves genial en las distancias muy cortas. Éste tiene pinta de sueño revelador, de duermevela, de tener la boca acartonada mientras te comes una verdad. Muy bueno el juego de espejos arriba/abajo de la cama. Éste pegaría en el facebook, te saldrían fans.

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  2. Habrá que hacer una recopilación de los relatos, no sé, quizás se podría presentar a una editorial en formato de publicación de microrelatos...

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  3. Gracias por vuestros comentarios, son un regalo que recibo con ilusión cada vez que aparecéis por aquí.
    Sí, Sergio, espejos y miedo, que nunca desaparece, aunque en el fondo sepamos de sobra que debajo de la cama no hay nada... ¿o sí?

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