miércoles, 1 de septiembre de 2010

MEMENTO...

Ahora sé que no ha muerto. Sigue ahí, escondido en mi tejido óseo, como un alien. De vez en cuando, le late el corazón. Entonces me siento y lo miro fijamente, con sorpresa y algo de miedo. Cuando me descuido me muerde y pierdo el equilibrio. No le interesa mi muerte, sólo mi dolor. "RECUERDA QUE TE DUELE", parece decir con cada punzada.

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